La vida que tenemos ahora sufre un parón y toca plantearse como estructurar el tiempo, incluso nuestro modo de convivencia intensiva con las personas que vivimos.
Cierto es que muchos llevan “ventaja” porque ya mantienen relaciones virtuales con mayor frecuencia que en el contacto físico. Sin embargo, ahora estamos juntos en casa y tenemos por delante al menos 15 días para hacer y reorganizar nuestras actividades, nuestra comunicación en la convivencia, nuestra creatividad.
Se trata de una situación sin precedentes para nuestras generaciones, estamos por primera vez obligados a permanecer en casa para preservar nuestra salud y la de los demás. Es fácil de comprender y difícil de asimilar emocionalmente. Supone un estado de duelo de nuestro estilo de vida, una parada obligada para dejar pasar lo que nos perjudica, ayudar a que pase de largo y no nos toque, y si lo hace estar preparados para ello.
Esta experiencia nos evalúa en todo lo que somos, podemos concluir esta situación con resultados positivos, constructivos o bien ahondando en nuestras debilidades. Es una decisión que hemos de tomar conscientes de que ahora más que nunca dependemos de nuestras acciones cotidianas ajustadas a las circunstancias. Puedes plantearte, cuando esto pase, que pasará, ¿Cómo quiero estar? ¿Cuál quiero que sea el resultado de estas semanas? ¿Qué necesito para llegar a ese momento? ¿Cómo voy a hacerlo?
Puede que nuestras emociones pivoten estos días de un estado a otro. Es natural que así sea y no por ello sencillo de gestionar en muchos casos. Cada uno de nosotros tenemos una situación general común, el aislamiento, y muchas particulares, nuestra situación personal, laboral, económica, de salud, etc.
Es importante saber qué hacer si nos sentimos asustados, ansiosos, inquietos. En la situación que vivimos son reacciones ajustadas a la realidad que tenemos. Sin embargo, puede resultarte útil atender a algunas de estas sugerencias concretas:
- Reduce la exposición a las noticias. No es aconsejable estar 24 horas pendiente de la información. No te aporta nada nuevo y te genera ansiedad. Busca información veraz y necesaria para tener la información que hace falta para gestionar las necesidades.
- Focaliza en los aspectos positivos de la información, por ejemplo, que estamos cuidados por quien corresponde, que nuestras necesidades básicas están atendidas, que lo que hacemos ahora es para estar bien después…
- Pide ayuda si la necesitas, hay muchas maneras de hacer que llegue a ti.
- Si tienes hijos, gestiona el tiempo con rutinas concretas, intercala actividades físicas con otras en reposo. Afortunadamente internet nos ofrece opciones diversas y de calidad para realizar ejercicio en casa y otras actividades de ocio y aprendizaje saludable. También es bueno intercalar tiempos de actividad común y otras en solitario. Recuerda la película “La vida es bella”, este papá construye cada día un mundo feliz para su hijo, le protege del miedo y hace de un simple mendrugo de pan un manjar. Más allá de ocultarles la situación explícasela para que comprendan y deja que participen en el día a día en las tareas cotidianas como una actividad más. Incorpora hábitos y juega, ahora puedes hacerlo. Somos seres resilientes, y esto significa que podemos enfrentarnos a la adversidad y salir reforzados de ella.
- Aprovecha para lo que estaba pendiente por falta de tiempo, ya sea un libro a medias, unas plantas sin cuidar, el armario y sus recovecos en los que no sabes que guardaste hace tiempo, en fin, tareas que posponemos con la excusa del tiempo.
Estamos en contacto.
Equipo del Gabinete de Intervención y Educación Psicológica:
Consuelo Rollán
Sandra Prol Rollán
Álvaro Plana Cantón
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