lunes, 17 de julio de 2023

Buenas conversaciones, buenas decisiones

 

Sigman señala en ‘El poder de las palabras’ como a través de la conversación podemos identificar sesgos, errores y prioridades que de otro modo quedan ocultos para nosotros mismos. Describe diversos estudios enfocados en la importancia de las buenas conversaciones y su efecto en la toma de decisiones, para acertar o errar. ¡Qué interesante sería más conversación y menos debate en el escenario político que nos encontramos!

El uso de la palabra, de la buena conversación, se adquiere.  También mi amiga Sol Miralles resalta esto en ‘La palabra es fuerza y poder’. Es algo que afortunadamente podemos desarrollar e incorporar. Es básico en el trabajo de la psicoterapia, la explicación de Sigman contribuye a explicar por qué funciona.

No voy a reproducir aquí sus textos, recomiendo su lectura, aunque sí quiero sugerir una profunda reflexión acerca de como decidimos aspectos importantes de nuestra vida, desde lo más banal a lo más relevante.  Ya sea el banco en el que vamos a depositar nuestro dinero, la profesión que desarrollaremos o la elección de una pareja.  Son muchas las decisiones que tomamos a lo largo de un día, de nuestra vida.  Algunas de ellas las hicimos temprana o precipitadamente.  Por ejemplo, decidir los estudios sin saber ni quien soy.  O comenzar una relación en pleno chute de euforia.

Esta semana estamos llamados al privilegio de votar por el hecho de vivir en un país democrático.  Insisto en la palabra, privilegio, sabiendo que mi generación comenzamos apenas veinteañeros a incorporar en nuestras vidas esta nueva decisión. ¡Qué lejos parece ya!

Sin embargo, conviene recordar la importancia que tiene.  Es necesario educar la conciencia de ciudadanía participativa en lo que nos compete, profundamente, a todas las personas que habitamos un país democrático. Esto no ha sido gratis. Ha conllevado esfuerzo y dedicación, sacrificios y pérdidas y por supuesto grandes beneficios.  La recompensa es esta, participar.  La democracia es una planta que hay que cuidar cada día, regarla, equilibrar sus necesidades y eliminar las malas hierbas, que contaminan dando apariencia falsa de algo saludable cuando la esencia es un matojo viejo que reseca y no deja crecer ni desarrollar nada nuevo, sólo calienta el terreno para avivar la posibilidad del incendio.

Participar con conocimiento. Creo necesario informarnos y formarnos, al menos, plantearnos cuestiones básicas que constituyen la base de cualquier decisión tomada con un proceso previo de razonamiento y análisis.

Sugiero algunas derivadas de mi experiencia académica en el ámbito de la orientación profesional:

  • Información diversa, candidatos, propuestas concretas, hechos, consecuencias.
  • Cuestiona lo que sabes y busca respuestas. Por ejemplo,

¿Sé para qué sirven los impuestos?

  • Mantén conversaciones en pequeños grupos, como asegura Sigman, es efectivo para discernir, clarificar.  Escuchar a otros activamente sin descalificar, recogiendo y expresando propuestas, nos permite procesar, reflexionar, decidir con conocimiento.
  • Dedica un tiempo a escribir los argumentos que justifican tu decisión. Escribir permite un diálogo interior saludable y necesario que favorece la clarificación, activa la racionalidad de lo que proceso.

Participa, por ti, por los que lo hicieron posible, por los que no pueden, por los que serán ciudadanos de este país democrático.